La “Ruta de la Seda” fue una red de rutas comerciales organizadas a partir del negocio de la seda china desde el s. II a. C, que se extendió por todo el continente asiático y se afianzó en el s. XV en los reinos hispánicos y el Mediterráneo occidental. Si bien ya se habían abierto rutas comerciales desde la más alta antigüedad entre oriente y occidente vehiculando bienes e ideas, la seda fue un tremendo acicate para estos intercambios tanto por vía terrestre como marítima.
La ruta de la seda se convirtió, durante siglos, en el puente entre dos mundos. Un camino por el que circulaban comerciantes, sacerdotes, científicos, diplomáticos, soldados y aventureros portando, además de la seda, mercancías tales como porcelana, hierro o té, que de esta manera llegaron hasta Occidente. Pero más allá de su contenido comercial, la ruta representó un camino de difusión de ideas y conocimientos en el ámbito de la cultura y de la ciencia. Desde muy pronto este intercambio se realizó en los dos sentidos del camino.
La ciudad de Valencia en la época de Al-Ándalus era ya célebre por sus sederías, que estaban presentes en los bazares y eran conocidas con el nombre de Alcaicerías.
En tiempos de Fernando el Católico el liderazgo de Valencia como centro principal de las sederías españolas era indiscutible. Valencia sirvió de modelo a Toledo, Murcia o Barcelona.
En la ciudad encontramos numerosos vestigios de la importancia de la seda a lo largo de la historia de la ciudad. Este tejido fue desde el siglo XIV al XVIII la industria más potente de la ciudad. El cuasi monocultivo de la morera precedió al del naranjo en toda la región. En el siglo XIV ya había sederos locales, mayoritariamente judíos, y más tarde conversos. Durante la segunda mitad del XVIII fue el momento de máximo esplendor: veinticinco mil personas se dedicaban a la industria de la seda en la ciudad, que contaba con más de tres mil telares.
La Lonja de los Mercaderes, conocida como Lonja de la Seda (1482 y 1548),obra maestra del gótico civil mediterráneo, fue declarada en 1996, Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Se encuentra situada en la Plaza del Mercado, frente a la Iglesia de los Santos Juanes y el Mercado Central, en plenocentro histórico de la ciudad.
En la ciudad perdura el Barrio de Velluters (significa artesanos de la seda) donde se asentaron los maestros sederos compartiendo en un mismo edificio la vivienda con el taller.
En este barrio se encuentra el Colegio del Arte Mayor de la Seda, que gracias a la restauración llevada a cabo por la Fundación Hortensia Herrero, se puede visitar para disfrutar de los frescos, murales, mosaicos y las 7.000 baldosas artesanales que engalanan el suelo de esta maravilla arquitectónica de 1756. Justo en el año en el que Valencia celebra su condición de capital de la seda, un proyecto de carácter cultural cuyo objetivo es recuperar el esplendor que le otorgó el comercio de la seda a la capital del Turia entre los siglos XV y XIX.. El edificio fue construido en el s. XV y fue sucesivamente reformado hasta el s. XVIII.
Este colegio surgió como sede del gremio de velluters con el objetivo de racionalizar y dirigir una enseñanza y oficio. El colegio, de gran prestigio, siempre mereció confianza de reyes, nobles y ministros convirtiéndose en un exigente velador de la calidad de las sedas valencianas. Este edificio albergará exposiciones de telas y otros enseres relacionados con la seda. Actualmente dispone de una tienda en funcionamiento donde se pueden adquirir distintos productos de la mejor seda como pañuelos, bolsos, abanicos, etc.
En algunos pueblos aun perdura hoy en día la fabricación de seda, elaborada en algunos casos con telares del siglo XVIII en los que se continúa tejiendo, sin ningún tipo de mecanización, telas de seda que en la mayor parte de los casos se destinan a la confección del traje regional.
Para conocer estos antiguos telares se puede visitar la antigua fábrica Garín y futuro Museo de la seda de Moncada con una colección de más de 3.000 piezas que incluyen maquinaria del S. XIX, herramientas, bibliografía, cartas, dibujos, cartones o espolines. Los visitantes pueden descubrir cómo se trabaja en los complejos telares de tipo Jacquard.
Pero la mayor exhibición de telas de seda valenciana se manifiesta en marzo con las fiestas de las Fallas en la ciudad de Valencia. Durante los días 17 y 18 de marzo tiene lugar la ofrenda de flores a la Virgen de los Desamparados con un gran número de valencianas (60.000 en el año 2015) vestidas con las mejores telas de seda.
El año 2015 ha supuesto el reconocimiento de la Comunitat Valenciana en la Ruta de la seda. Por una parte, España ha pasado a ser miembro del Programa de la Ruta de la Seda de la OMT y, además, la ciudad de Valencia ha sido designada como Focal Point de España en la Plataforma Ruta de la Seda de la UNESCO.
Las Cortes Valencianas declararon a Valencia como Ciudad de la Seda 2016 y la Generalitat Valenciana y el Gobierno de España lo han refrendado por considerar que es una magnífica oportunidad para que Valencia recupere su protagonismo entre las míticas ciudades de la Ruta de la Seda y proyecte internacionalmente su valioso patrimonio histórico-artístico.
Diversas instituciones de primer orden trabajan para que este acontecimiento tenga el mayor éxito. Hoy de nuevo la Ruta de la seda puede ser el hilo conductor entre Oriente y Occidente para intercambiar ideas, productos y negocios en una nueva era de concordia.