Rafael Álvarez (El Brujo): “Las mujeres de Shakespeare es un show a partir de cuatro textos del autor con el tema central de la mujer”
Mediante un pequeño escenario de cristal, Rafael Álvarez “El Brujo”, recrea la importancia de las mujeres de las comedias de Shakespeare. Tras leer «La invención de lo humano» del crítico norteamericano Harold Bloom el actor ha querido llevar por toda España el espectáculo “Las mujeres de Shakespeare”. Mira Valencia ha estado en la rueda de prensa
¿Qué nos vamos a encontrar todos aquellos que vayamos a ver el espectáculo “Las mujeres de Shakespeare”?
Son las mujeres de las comedias de Shakespeare, en la obra se pueden ver fragmentos de “Romeo y Julieta”, “Trabajos de amor perdidos”, “Como gustéis”, “La fierecilla domada” y una breve referencia a “Mucho ruido y pocas nueces”. Con todas las mujeres que aparecen en estas cinco comedias yo he hecho una especie de show, una conferencia donde explico Shakespeare desde el punto de vista de los personajes femeninos en las comedias.
¿Entonces planteas una visión tuya sobre las comedias?
No hay un texto que se llame “Las mujeres de Shakespeare” del propio autor, yo me baso en ‘La invención de lo humano’, de Harold Bloom, que hace un análisis de la obra completa de Shakespeare. El texto son fragmentos de este libro, que he articulado, compuesto, hay un trabajo de elaboración, hay una estructura dramatúrgica que he tenido que adaptar.
La obra termina con una evocación de una de las mujeres de Shakespeare que es la epifanía de la religión del amor, se refiere a Julieta, que es una manifestación de la pureza de un ideal. Shakespeare condensa en ese personaje todo lo que es la máxima entrega, la entrega por amor y un despliegue de poesía maravilloso.
¿Cómo es la puesta en escena?
Para demostrar mis explicaciones tengo un pequeño escenario de cristal, el suelo es reflectante como un espejo, lo único que tengo son unas candilejas doradas. Allí hago parodia, interpreto al personaje femenino de Julieta, interpreto el lerdo de su hombre, que también Romeo tiene un punto corto. Con respuestas ingeniosas vistas desde el lado de esa diferencia del intelecto, de madurez emocional entre el hombre y la mujer, siempre a favor de la mujer.
Mantiene el estilo didáctico al que nos tiene acostumbrado “el Brujo”
Interpreto fragmentos, luego los explico, hablo también de otras cosas que han pasado en las giras, también hablo de qué pasa en España con el teatro clásico, con los festivales, que referencias tiene el público. Cómo he vivido yo el teatro clásico, qué diferencia hay entre el Siglo de Oro español y el teatro inglés. Aunque el eje central es un show a partir de cuatro textos de Shakespeare con el tema central de la mujer.
Consigue que los espectadores se rían con textos clásicos
Por varias razones, primera porque a mí me sale así y segunda porque el público necesita divertirse en el teatro. En las obra que yo hago siempre hay una aspiración de otro orden, siempre trato manejar el instrumento del humor, de la risa y la complejidad con el público para llevarles a determinados momentos donde hay una especie de exaltación poética, aunque sea breve, y eso es mucho del teatro popular.
En el teatro ha habido una época en la que parecía que divertirse era una cosa de un teatro menor, que la calidad está asociada a un rigor, una solemnidad que no conjuga con una sonrisa contante. A los críticos les molesta que la gente se ría mucho, les molestan los chistes gruesos, fáciles.
¿Dónde está el límite entre el entretenimiento y la cultura?
Ahora las fronteras entre lo que es entretenimiento y cultura son difusas, prácticamente inexistentes, he visto como se está destrozando el teatro, ahora se le llama cultura a cualquier cosa, que está muy bien, el entretenimiento es necesario y a todos nos viene bien, pero la cultura tiene otro rango. Ahora las referencias de los jóvenes son el Hormiguero, el chico busca chica, se ha destruido la civilización del espectáculo.
Yo cuando era estudiante, tenía 24 años, para mí era muy importante ver a Rodero, a Nuria Espert, ahora lo que he visto es que la sociedad ha creado unos compartimientos estancos, como el Corte Inglés, que crea una cosa para los jóvenes, otra para los chicos en la quinta planta, otra para los niños en el sótano y otra para los viejos arriba. Esto es empobrecedor porque se pierden las referencias a ese estamento que significa la cultura, que significa valores, que significa elevación del espíritu, está en desuso.
Ha comentado que has cogido influencias de texto de Harold Bloom, ¿también podemos ver referencias en el espectáculo de la película “Shakespeare in love”?
No se me ocurrió eso en ese momento, no hay ni siquiera una breve referencia, si la hay a la película “Anonymous”, en la que se dice que Skaspeare no escribió sus textos sino que fue el duque de Oxford. Los que realmente han investigado los textos han dicho que realmente no se sabe, aunque parece ser que Shakespeare fue quién escribió sus textos, aunque no tenía mucha cultura y una comedia como “Trabajos de amor perdidos” por los enormes recursos poéticos que tiene, aunque también hay unos años ocultos en las biografías donde no se sabe dónde está Shakespeare.
Tienes en cuenta si el espectador conoce la obra de Shakespeare
Yo sé que no la conocen y de manera práctica lo compruebo, aunque siempre hay alguien que es un experto conocedor, en Alcoy me salió un señor que era un profesor de la Universidad de Alicante y que es especialista de la traducción de Shakespeare del inglés al español. Pero cuando tu vas a un teatro con la gente normal, la gente no conoce las comedias de Shakespeare, de las tragedias tienen unas referencias como “Hamlet”, de las comedias la que más conocimiento tiene el público es “Romeo y Julieta”.