Los molinos de viento de la Marina Alta y de Jávea, en particular buscan ser protegidos como Bien de Interés Cultural, son símbolos de la arquitectura y la tecnología tradicional, formando un conjunto de singular valor cultural que caracteriza el paisaje de este territorio.
Los molinos de viento de la Marina Alta son una construcción característica de especial valor patrimonial, histórico y etnológico. Pieza fundamental de la cultura tradicional del grano y del pan, el molino de viento está asociado al esfuerzo de la supervivencia y nos habla de un tiempo donde las complicaciones del transporte, cuando no las guerras, obligaban cada comarca a ser autosuficiente. La harina -el pan-ha sido el alimento básico de los valencianos a lo largo de la historia. Un molino de viento es un ingenio o máquina, ubicado dentro de una torre de piedra de unos siete u ocho metros de alzada.
La comarca de la Marina Alta todavía contiene 29 molinos de viento: 5 en Dénia, 12 en Jávea, 2 en Pedreguer, 3 en Gata de Gorgos, 2 en Teulada, 3 en Benissa, 1 en Llíber y 1 en Calp. Todos ellos ya se encuentran protegidos con la figura de Bien de Relevancia Local con la categoría de Espacio Etnológico de Interés Local de forma genérica.
En estos momentos no se conserva ninguna maquinaria original completa, aunque todavía quedan restos y, sobretodo, grandes muelas de los viejos molinos. La máquina de los molinos de viento de la Marina Alta, situada en la sala alta del molino, estaba configurada por cuatro grandes antenas, de unos cinco o seis metros cada una, recubiertas de tela. Las antenas daban movimiento a un eje que, por ruedas dentadas, movía la muela del molino. De algunos se conserva solo la estructura del edificio; algunos han conservado la planta alta; todos, en la práctica, perdieron el techo, que era de madera o de fibra natural.