El Circo de los Horrores llega a Valencia para hacernos pasar un buen rato si nos gusta pasar miedo y seguir el juego del espectáculo. Cabaret Maldito, el espectáculo con el que Circo de los Horrores cierra su trilogía estará instalado en una carpa junto al Puente de Las Flores desde el 13 de octubre hasta el 13 de noviembre. Encontraremos a payasos travestidos, enanos viciosos, depravadas madames, demonios, diablas, góticos, transformistas, serán algunos de los personajes que dirigidos por el temido y despótico Lucifer, príncipe de las tinieblas, nos harán reír, temblar, gritar de miedo y gemir de pasión bajo su terrible influjo. Grotescos personajes interaccionarán con el público al más puro estilo de los varietés o Music Hall de la época mientras muestran sus desnudos cuerpos.
Bajo la carpa nos meteremos en el Infierno donde no existen reglas, ni prohibiciones, ni restricciones, ni tabúes. El Infierno es el Cabaret de los sentidos, donde se dan rienda suelta a los instintos más primitivos del género humano y sus deseos más ocultos y lujuriosos se manifiestan con ausencia de inhibición. Circo de los Horrores nos traslada en esta ocasión a una antigua y decrépita catedral gótica que será la última morada. Transformada en un diabólico Cabaret, también es el hogar de Lucifer, la quintaesencia de la avaricia y el ansia de poder, la personificación de todo el mal. Su entrada es la puerta del infierno. La puerta del Cabaret Maldito.
El Cabaret Maldito es la perversión y desenfreno de los sentidos. Hombres transformados en demonios devoradores hambrientos de almas y pérfidas féminas, maravillosas sanguijuelas succionadoras, pueblan este maléfico lugar.
Cuenta la leyenda que este maldecido cabaret se formó con ciertas figuras de culto que, olvidadas por el público y venidas a menos, víctimas de los siete pecados capitales, habían dejado de brillar y resurgieron de sus cenizas a cambio de vender su alma al diablo. De nuevo, éxito, reconocimiento, aplausos y poder llenarán sus vidas una noche más, pero ¿a qué precio? Y es que al final hay que pagar y Lucifer siempre cobra la deuda.