El antiguo hospital La Cigüeña y el misterioso caso de La Dama de Rosa
En la Alameda, justo al pasar a la otra parte del viejo Cauce por el puente de Calatrava, nos encontramos con el edificio del antiguo hospital La Cigüeña y que ahora se utiliza como sede de conselleria. En 1990 la prensa publicaba informaciones de que actuales trabajadores había salido asustados tras afirmar ver a una mujer vestida con un camisón rosa andando por los pasillos en busca de su hijo, todo esto mientras aseguraban que escuchaban llantos de un niño. A este misterio se le conoce como la Dama de Rosa y gente que cree en estos fenómenos lo asociaron a una madre que murió de parto en la época que fue clínica maternal.
El conocido edificio de La Cigüeña es obra del arquitecto Antonio Gómez Davó y tiene un ático, tres plantas y un bajo, la fachada curva en un chaflán le da un aire de misterio que da para creer o no en esta leyenda. Haciendo un repaso por los periódicos de la época de los 90 encontramos testimonios de personal de seguridad que veían una silueta y se escuchaba un llanto lejano de un niño, pero que nunca encontraron a nadie. Según se comentaba en aquel momento la silueta representaba a una mujer vestida con camisón rosa, alta y embarazada que buscaba a su hijo por los pasillos.
Los archivos del antiguo hospital certificaban que murieron solo 2 mujeres, una de ellas llegó a dar a luz pero ambos murieron a las pocas horas del parto. Según cuentan en prensa se llamaba Lourdes, era su primer hijo, muchos relacionan este caso con la silueta que decían que aparecía por las noches en el edificio. Otra teoría también dice que en la década de los años 70 la “Cigüeña” tuvo muchos casos de niños robados, según afirma Enrique Vila el abogado de la Asociación Nacional de Afectados por Adopciones Irregulares. Esta teoría defiende que la Dama Rosa puede que fuera una de las mujeres afectadas y por ello busca su niño.
Los guardias de seguridad cambiaban con mucha frecuencia, según los rumores las alarmas se disparaban solas y volvían a apagarse sin explicación razonable o teléfonos que sonaban constantemente a horas tan intempestivas a las que nadie contestaba o cambios bruscos de temperatura.