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Cinco platos de olla y cuchara para entrar en calor este invierno

    Los platos hechos en olla y con una gran variedad de ingredientes que aporten calor corporal son ideales para el invierno, el más tradicional es el cocido, donde llenamos un puchero de carne, verdura, patatas, legumbres, incluso algunos añaden hasta huevos fritos para culminar el plato. Existen muchas variantes de cocido, en Valencia es conocido como puchero, pero también hay variedades en Madrid, Andalucía o Galicia. El puchero valenciano se caracteriza por llenar una olla con agua donde se cuecen primero los garbanzos, una hora después añadimos la carne, que puede ser de pollo, ternera o cordero, también echamos al recipiente verduras y hortalizas como la patata, hueso blanqueado de vaca o hueso de jamón serrano. Suele incluir la tradicional albóndiga grande y alargada de carne picada de cerdo, pan rallado, perejil y ajo. Una vez cocinado y cuando está en su punto se suele servir por un lado el arroz o los fideos y como segundo plato degustaremos las carnes, verduras, garbanzos y el resto de condimentos que hayamos añadido a la olla.

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    En los restaurantes de la Malvarrosa encontraremos en la carta el guisado de sepia con patatas, un plato que también sienta muy bien en invierno para calentarse. La temporada de pesca de la sepia es de octubre a febrero, así que estamos en el momento ideal para tomar este plato, para cocinarlo lo primero que tendremos que hacer es limpiar bien y cortar en tiras la sepia. Paralelamente preparamos las hortalizas que acompañarán al plato como la cebolla, pimiento en juliana, ajos, tomates maduros, patata y perejil.

    El arròs amb fesols y naps lo podemos encontrar en muchos restaurantes este invierno, contiene carne de cerdo (oreja, pata, morro…), pato de tirada, tocino o panceta fresca, morcilla de cebolla, blanquet, arroz, alubias blancas secas, nabicol, cardo, sal, pimienta negra y pimentón. El cocinero del restaurante “La Cigrona”, del barrio del Carmen de Valencia, nos explica cómo lo preparan. Primero trocean la carne y las alubias, se ponen al fuego en un perol con agua fría, cuando calculemos que están a medio cocer, añadimos el nabicol pelado y troceado a tiras del tamaño aproximado de un gajo de naranja. En el momento que esté todo ya casi cocido, sofreímos en una sartén una cucharada de postre de pimentón, e inmediatamente echamos todo al perol, junto con un poco de pimienta molida. Lo dejamos hervir dos o tres minutos, añadimos la morcilla, el blanquet, la sal y rectificamos el agua para que quede un poco más del doble de agua que de arroz en volumen. Cuando hierva, ponemos el arroz, que estará listo en 17/18 minutos. En este plato tan valenciano, podemos poner la carne no solo de cerdo, sino también algún pedazo de cordero (garreta) o de pato, todo mezclado, sin desmerecer en absoluto su pureza. Es costumbre acompañar este arroz con cebolleta tierna cortada a cuartos o mitades, acompañando alguna cucharada del arroz con un mordisco de cebolleta.

    Las lentejas son populares porque tienen hierro, a unos gustan más, a otros menos, pero es un plato sencillo y que también sienta muy bien en el estómago cuando las temperaturas son más bajas y necesitamos calentarnos. El chorizo picante puede ayudar a que nos olvidemos del frío, las lentejas también suelen estar acompañadas con patata, aceite de oliva, algunos añaden zanahoria, cebolla o ajo. Este plato tiene muchas variantes, las podemos comer en ensalada y como platos junto con arroz o morcilla, incluso con huevo hervido.

    El quinto plato que proponemos para calentarnos este invierno es la fabada asturiana, quién no ha probado en esta época este plato con alubias blancas, chorizo, morcilla, algunos añaden también cerdo; tiene muchas calorías y grasas, suele comerse a mediodía para que siente mejor al estómago. Las alubias se venden secas y tenemos que ponerlas a remojo en agua fría unas horas antes de ser cocinadas. Las alubias se cuecen durante dos horas con una cebolla entera que luego se tira y en la etapa final se le añade el chorizo o morcilla, según los gustos. Muchos cocineros dicen que saben mejor al día siguiente de haberlas cocinado, eso dice también la sabiduría popular.

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